Categoría: Ecología , 08 Agosto, 2017

Dunas en riesgo: ¿qué huella queremos dejar?

Dunas en riesgo: ¿qué huella queremos dejar?

Nuestros abuelos recordarán que varias décadas atrás, las costas uruguayas gozaban de grandes campos de dunas y playas anchas. De Montevideo hasta el Chuy, la franja costera era, prácticamente, solo arena. Algunos puntos tenían más dunas que otros, pero en todos hubo que forestar la zona y quitar arena antes de crearse los balnearios como los conocemos hoy. Por eso, muchas playas ya no tienen dunas (en ciudades como La Floresta o Punta del Este no hay casi rastros de aquellos arenales) y otras están perdiendo arena progresivamente.

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Así era la costa uruguaya antes de la creación de los balnearios: todo arenales

Por suerte, hay algunas zonas de nuestra costa en las que se aún se preserva el sistema dunar. En Cabo Polonio y Valizas las dunas móviles alcanzan más de 30 metros de alto  fueron declaradas patrimonio natural de esos balnearios. Otras dunas importantes son las que se conservan en la Playa de La Viuda en Punta del Diablo o las impactantes dunas de El Pinar, más cerca de Montevideo. Recorrer cualquiera de estos paisajes es una experiencia única. Lamentablemente, las dunas no siempre se respetan como deberían y el extendido uso de jeeps y cuatriciclos está generando serios daños al ecosistema dunar.

mapa-dunas2.pngPanorama actual de las dunas en Uruguay

Verdad y consecuencia

Quizás no lo sabías, pero además de enmarcar panoramas increíbles, las dunas cumplen un rol muy importante para el medio ambiente. El paso de los vehículos no solo contamina la arena, el aire y el agua, sino que también puede hacer que desaparezcan por completo las dunas. Esto es porque las ruedas rompen las raíces que crecen en las dunas y que las mantienen en pie. Sin raíces, las dunas se erosionan fácilmente ya que no tienen sostén frente al efecto del viento o del mar. 

Por su importancia ecológica, las dunas en Uruguay están protegidas por la ley. Tal vez desconocías la existencia del artículo 29 del Decreto N.º 100/91 del Reglamento de uso de espacios acuáticos y costeros y portuarios o el artículo 452 de la Ley N.º 16.736 aprobada en 1996. Estas normas prohíben y penalizan a quienes circulen con vehículos no autorizados sobre las dunas y las playas. Pero basta mirar a nuestro alrededor cuando estamos en la playa para darnos cuenta que muchas veces estas leyes no son respetadas.

Esfuerzos

En nuestra costa se viene trabajando desde el 2012 por la preservación de las dunas a través de la ONG Ecoplata, el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente y las intendencias de Canelones y Maldonado. Un ejemplo es la campaña “Dunas sin ruedas”, que busca informar y concientizar a la población sobre el impacto que realizan los vehículos en las dunas.

En enero de 2016, los esfuerzos de esta campaña de fiscalización y control estuvieron concrentados mayoritariamente en Rocha, para preservar áreas protegidas de las Laguna de Rocha, Laguna Garzón y Cerro Verde.

"En una recorrida por el área se detectaron situaciones de incumplimiento con la normativa que prohíbe circular con vehículos por zonas de playas y dunas", indicó el director Nacional de Medio Ambiente, Alejandro Nario, al sitio web de Presidencia.

Compartimos el spot informativo de la campaña que se difundió en 2014 :

Si te interesa, aquí podés leer un documento realizado por Ecoplata en el marco de la campaña aporta mucha información sobre el tema.

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¡Las dunas, a disfrutarlas a pie!

 

Este verano el cuidado de las dunas estuvo en varios titulares por la destrucción de tres cuadras de dunas en la zona de Balneario Buenos Aires de Punta del Este, a causa del Festival Corona Sunset que se realizó sobre la arena, sin autorización de la DINAMA. Los vehículos y maquinaria para armar la estructura de la fiesta, los escenarios y la cantidad de gente ocasionaron daños graves que, afortunadamente, no son irreparables pero va a llevar un proceso reconstruir. El organismo ya aplicó una cuantiosa multa a los organizadores, pero quizás lo más importante de este suceso es la importancia de tomar conciencia sobre el cuidado de nuestro patrimonio natural.

El esfuerzo de las distintas organizaciones ambientales va marcando un camino para que todos seamos más responsables en nuestro vínculo con  el entorno. Hay otras formas de disfrutar las dunas sin tener que armar un megaevento o subirse a un todoterreno. A caballo o en travesías a pie la experiencia es increíble y se evitan los daños.

Como ocurre con muchos bienes comunes, hay intereses privados en juego como la eliminación de dunas para obtener una vista directa del mar o el solo hecho de vivir un rato de adrenalina sobre un cuatriciclo. Una mayor presencia del Estado para hacer cumplir la ley que las protege, más trabajo de concientización y alternativas turísticas para disfrutar las dunas son claves para que este patrimonio natural se mantenga intacto. Todos tenemos el compromiso y podemos ayudar a que las únicas huellas que queden sean los recuerdos de nuestras vacaciones.


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