Categoría: Recomendados , 08 Agosto, 2017

La Posta de Vaimaca, slow food en Pueblo Edén

La Posta de Vaimaca, slow food en Pueblo Edén

Hace pocos días te recomendábamos que vivieras la experiencia de recorrer Pueblo Edén, un “slow town” (“pueblo lento”) alojado entre las sierras de Maldonado, donde la vida transcurre en calma, como detenida en el tiempo. Todo el que pase por Pueblo Edén tiene que tomarse un buen rato para disfrutar una comida en La Posta de Vaimaca, el único restaurante del lugar y una propuesta gastronómica que no  vas a encontrar en otro sitio de la costa uruguaya.

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El alma charrúa del lugar está presente en cada comida (Imagen de Pautas de Guarda)

La comodidad que se siente en La Posta de Vaimaca es similar a la de estar en el fondo de tu propia casa. Mesas y sillas plásticas acomodadas bajo una extensa parra  reciben a decenas de familias y curiosos que andan por Pueblo Edén. En el interior el ambiente es muy rústico y evoca a épocas pasadas: los muebles son de madera, los manteles de colores, y guitarras criollas realizadas por su propio dueño visten las paredes junto con algunas pinturas charrúas. Su nombre incluso, hace referencia al Cacique charrúa Vaimaca, soldado de José Gervasio Artigas.

Las ruedas de un carruaje antiguo hacen de soporte para un cartel que anuncia a los comensales “aquí nos tomamos la vida con mucha calma, disfrute del lugar, slow food” ("comida lenta", opuesta a la “fast food” que se vende en casas de comida rápida). Como decíamos, el restaurante sigue en perfecta sintonía con lo que propone el Pueblo Edén: reducir la ansiedad y el estrés provocado por nuestra vida cotidiana en la ciudad.

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Todo en Pueblo Edén es "lento": también la comida

Diferencial

La Posta de Vaimaca no es un restaurante convencional. Para empezar, está caracterizado por servir comida de campo, con raíces bien locales. Los comensales pueden ver cómo son preparados los platos  a manos de Hugo e Inés, el matrimonio dueño del lugar. Todo, absolutamente todo es casero y hecho en el momento: aquí no existen las comidas congeladas ni precocinadas.

La cocina basa sus ingredientes en productos autóctonos y nacionales, dando un lugar especial a la materia prima que encuentran en la zona.   Los corderos son de su propio criadero  y no es de extrañar que, por ejemplo, no sirvan café luego del almuerzo. Como alternativa ofrecen deliciosas infusiones o grapas saborizadas de forma artesanal. Seguir esa línea, si se quiere ideológica, genera una identidad única y favorece la producción local.

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La tentadora propuesta culinaria del restaurante

Destino

Durante tu estadía en La Posta de Vaimaca, Hugo e Inés te atienden y siempre están dispuestos a conversar y rescatar las raíces de Pueblo Edén. Cuentan la anécdota de que hace 24 años tenían 450 dólares para comprarse un VHS, muy novedoso para la época. Pero de casualidad, leyendo los clasificados, Inés encontró un terreno en Pueblo Edén por ese valor. Ella no conocía el lugar, y Hugo le advirtió: “mirá que es una capilla y cuatro casas”. Aun así lo fueron a ver y se enamoraron del lugar al instante.

Al principio vivían en la ciudad de Maldonado, pero con la idea de radicarse definitivamente en Pueblo Edén. Probaron varios emprendimientos antes de dar con el restaurante. Tuvieron un gallinero, un vivero, un almacén y fueron tomando cursos de cocina por gusto propio aunque sin pensar en un posible restaurante. Doce años después vendieron una pequeña casa en Balneario Argentino e instalaron La Posta de Vaimaca. “Con un trabajo de hormiga, no ha sido fácil pero con el boca a boca y hacer las cosas bien, se puede”, nos cuenta Inés.

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Degustá

El menú de La posta de Vaimaca no es extenso, pero aquí la calidad es más importante que la cantidad. El plato recomendado por excelencia es el cordero al vino blanco, una carne bien sazonada que denota la cocción a fuego lento y que se deshace en la boca.

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El cordero, plato estrella de La Posta de Vaimaca (Imagen de Pautas de Guarda)

 

El conejo a la pimienta y el pan de pato complementan el menú de carnes. Para los fanáticos de las pastas, hay raviolones caseros de queso y albahaca o canelones de zuchini. Los postres son bien típicos y nos recuerdan a los que hacía la abuela:  flan casero con dulce de leche o arroz con leche.

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Recordamos que es fundamental reservar para asegurar tu lugar, ya que es un lugar muy concurrido tanto por extranjeros como por uruguayos. Si estás de paso y no hiciste reserva, quizás no encuentres mesa; por eso lo mejor es planear la visita con tiempo. La anticipación realmente lo vale: Hugo e Inés logran imprimir en las personas ese gustito de la comida hecha en casa, con el cariño y la dedicación que merecemos.


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