Hacé ruta entre antigüedades

El sonido de un “llamador de ángeles” hecho con caracoles, un ancla colgada en la pared o un mueble viejo reciclado –quizás extraído de algún barco- no son sólo adornos para ambientar nuestra casa en el este. Son, sobre todo, síntomas de que nos alejamos de la ciudad y comenzamos a disfrutar de un pequeño descanso.

Si querés decorar tu casa con un toque antigüo y no sabés dónde o cómo conseguir los objetos necesarios, es útil saber que sobre la ruta hacia el este se han ido instalando distintos puestos, en apariencia “chatarreros”, que invitan a los curiosos a revolver y jugar a buscar un tesoro entre las antigüedades. La creatividad no tiene límites y cualquier objeto restaurado puede funcionar muy bien para hacer de tu casa de verano un verdadero hogar.

Desde la ruta Interbalnearia puede verse a simple vista e"El avión de Neptunia" (Foto)

Un avión en plena ruta

Uno de los lugares emblemáticos para comprar antigüedades de paso al este es “El avión de Neptunia”, que nunca queda inadvertido cuando pasamos por la ruta Interbalnearia. A la altura del kilómetro 36, muy cerca del peaje de Pando, funciona este negocio de Walter Fleitas, quien convirtió su gran colección en un remate.

Aquí, bajo un gran quincho situado junto a un antiguo avión de las Fuerzas Armadas, se pueden encontrar desde piezas de autos clásicos hasta arañas de bronce o viejos surtidores de nafta. 

Lo de Rissotto: de la pasión al negocio

Unos minutos más en dirección al este, a la altura del Km. 39.200 de la Interbalnearia se encuentra "Lo de Rissotto", uno de los rincones más interesantes del balneario Salinas. Allí hay carros de caballo del 1800,  automóviles del 28', mesas y heladeras de roble antiguas, losa, carteles raros, máquinas registradoras, candelabros y máquinas de coser de antaño, entre otros llamativos artículos. Hace 14 años que Gabriel Rissotto se dedica a este negocio: “Es una pasión vender antigüedades, después no querés vender lo que tenés porque se te va la mercadería y no vuelve otra igual”, confiesa cuando le preguntamos sobre su particular emprendimiento.

Viejas botellas de leche en Lo de Rissotto (Foto: Facebook Lo de Rissotto)

Gabriel nos cuenta que optó por las antigüedades por su padre, quien falleció joven pero añoraba tener un local de este estilo. Además “por salir de aquella locura de andar corriendo atrás de la plata, vi esto como una terapia más que por el dinero en sí”. Destacó la importancia de estar cerca de la gente y ganarse la confianza tanto de quien le vende como de quien le compra.

El dueño del local relató que en sus inicios fue como un trabajo de hormiga: salía en una camioneta hacia el campo y se iba presentando a los distintos pobladores para ver si alguno tenía algún objeto antiguo para vender. Así se fue haciendo una red de contactos que hasta el día de hoy mantiene. 

Encontrar y encontrarse

Como anécdota, Gabriel recuerda que cuando comenzó el emprendimiento él se encargaba de restaurar todos los artículos que conseguía y los dejaba en perfecto estado. Un buen día, una clienta que pasaba por el lugar le dijo: “Todo esto que vos pintás, dejalo herrumbrado porque nosotros lo pulimos, lo pintamos. Me voy a ensuciar las uñas arreglándolo pero al mismo tiempo voy a hacer una terapia con eso para superar otros problemas”.

Un vistazo al interior de "El avión de Neptunia" (Fuente: Con la cámara en el bolsillo)

Al igual que para Gabriel era terapéutico buscar antigüedades, el arte de restaurar artículos viejos es también una terapia para el compra. Desde ese momento Gabriel dejó de restaurar él mismo y notó que daba mayor resultado vender de primera mano el objeto.

Además de la casa de antigüedades fija en Salinas, las curiosidades de "Lo de Rissotto" también las han exhibido en un ómnibus antiguo que trasladaron en temporada a José Ignacio, el puente de La Barra y en el Tambo Lapataia. Allí lograron grandes ventas e incluso llegar a gente del espectáculo que tiene sus casas en Punta del Este.

El precio de los artículos depende del bolsillo del comprador y del vendedor. Como no es mercadería con precio marcado, la decisión es de cada uno. Según Gabriel es mejor optar por un precio razonable para asegurarse que luego el cliente regrese.

Gabriel y su esposa reciben al cliente entre ventiladores metálicos en desuso, balanzas, vitrales, primus, máquinas de escribir y teléfonos rescatados de décadas lejanas. Resulta inevitable cuestionarse la ruta de vida que han recorrido esos objetos, las historias infinitas que hay detrás de cada uno y el valor agregado que esto aporta cuando lo resignificamos en nuestra casa de vacaciones.

Contacto

Si estás buscando algún artículo en particular no dudes en consultar:

Lo de Rissotto
Cel.: 094 174 931
E-mail

Coches antiguos y el fuselaje del avión a pleno dan una idea del tamaño de la aeronave (Fuente: Con la cámara en el bolsillo)